¿Quién eres tú, Francisco? ¿Por qué me sorprende tanto verte? ¿Por qué es tanta la expectativa a tu alrededor? ¿Qué es lo que vas a hacer? ¿Vas a trabajar?
 
Hoy estaba en mi casa, viendo al nuevo Papa, cuando escogió rezar exactamente lo que yo y millones de católicos rezamos a diario. Sentí algo muy extraño cuando me di cuenta que el nuevo Papa me estaba haciendo orar, no sólo gritar o vitorear su nombre. Sentí algo muy extraño cuando me pidió que yo, lo bendijera y pidiera por él, igual que mis demás hermanos, incluso de darme la bendición. Sentí algo muy extraño al verlo salir sin tantos adornos, sencillo, con gestos no de celebridad, sino de siervo. Con una sonrisa que esconde tantos años de trabajo
Bienvenido Francisco a una Iglesia que está en crisis, Bienvenido a un mundo que te atacará, lleno de gente que no piensa como tú, gente que odia lo que tu crees. Bienvenido a un pueblo que te juzgará, inclusive dentro de tu misma casa. Bienvenido al trabajo.

Hoy Francisco, quiero trabajar contigo. Quiero seguir tu ejemplo, quiero quitarme mis adornos y salir por el balcón a servir a la gente. Quiero lanzarle una sonrisa al mundo. A los que esperan mucho de mí, poco o nada, quiero servirlos a todos aquellos que no opinan como yo Quiero trabajar contigo desde mi hogar, en las cosas que puedo hacer desde hoy. No quiero imponer mi opinión religiosa, quiero compartir la verdad: que todos somos hermanos. el amor nos hace sentir amados. Que ese amor es un Padre.
Hoy Francisco, quiero ser el último en la fila. Quiero ser el último del lugar de estacionamiento y el último en servirse de comer. Quiero poder superar mis miedos y vencer mis malos hábitos, pero además quiero pasar desapercibido. Quiero que la gente se de cuenta que mi Iglesia no está para conquistar al mundo, sino para servirle. Quiero que Evangelizar a todos los pueblos, se traduzca en caridad para todas las naciones.
Y se que tú trabajarás conmigo. Se que orarás, contemplaras y al mismo tiempo actuarás. Se que te cocinas todos los días. Se que viajabas en metro en tu país. Se que naciste de padres humildes. Y se que no flaquearás. Se que te atacaran todos los días cuando decimos ante un público. 'somos católicos'.
Hoy salgo de ese balcón y le grito al mundo que soy católico Me acordaré que existes tú Francisco, como tantos antes de ti, que también tuvieron que luchar contra si mismos. Que también tuvieron que aguantar tanto. Que también tuvieron que trabajar tanto.
Hoy Francisco, te agradezco por aceptar el papado, te agradezco que te rieras. Te agradezco que salieras tan humilde, que te inclinaras para ser bendecido por tus fieles. Te agradezco que recordaras al Papa pasado. Te agradezco que hables mi idioma y que te guste el fútbol. Te agradezco que hoy, me hayas puesto a rezar un Padrenuestro y un Ave María. Porque así de sencillo, hoy me has abierto los ojos.
Francisco, a partir de hoy, yo trabajaré contigo.
 
 
 
Daniel González
 
(Carta divulgada por Padre  Alcides Salinas Sosa)