La última persona que vió a la Dra. Zilda Arns Neumann con vida fue el Padre haitiano William Smarth. Él estaba conversando con la Dra. Zilda cuando ocurrió el terremoto, en la tarde del martes 12 de Enero. El Padre William tiene 76 años y es Director de la Escuela de Teología en Puerto Príncipe. Catorce de sus alumnos murieron también en el local. Él cuenta: “Me dí cuenta del terremoto cuando algo salió despedido del techo y me cayó en la cabeza; y la Dra. Zilda, cuando vió esto, salió y se dirigió a la escalera. Allí el piso se cayó”.

Localizado en la Calle M, nº 13, en el barrio de Turgeau, el CIFOR (Centro Interinstitucional de Formación Religiosa) quedó parcialmente destruido. La parte más preservada del edificio fue justamente donde estaba la Dra. Zilda, que cayó del segundo piso. La mayoría de las muertes ocurrieron en el edificio anexo, cuyos pisos se hundieron unos sobre otros. Hasta el día siguiente, miércoles, se cuenta de los parientes de las víctimas, que era posible escuchar las voces de estudiantes atrapados dentro de un coche- ellos estaban saliendo del edificio después de la Conferencia de la Dra Zilda.

La Dra. Zilda había acabado de hablar sobre la Pastoral da Criança (Pastoral del la Niñez) y estaba conversando con el Padre William Smarth sobre su hermano, el arzobispo emérito de São Paulo, Monseñor Cardenal Paulo Evaristo Arns, porque el Padre William conocía a Monseñor Cardenal Paulo desde 1980.

El Padre William describió así los últimos momentos de vida de la Dra. Zilda: “Ella era una persona comprometida y cautivadora. Estaba apasionada por su trabajo, no quería terminar la conferencia, habló durante hora y media. Se veía que tenía tantas cosas que decir …, que su misión era salvar vidas”.

El Padre Smart, incluso caminando con dificultades y con una herida en la cabeza, ha ido todos los días a la Escuela. Su casa también fue destruida, y él duerme en el patio de un seminario, igualmente arrasado. Profesor de Teología, el Padre William dice estas palabras sobre el papel de Dios en la tragedia: “Para mí, es un fenómeno físico de la naturaleza, cosas que no se pueden cambiar. El problema para nosotros, es la necesidad de continuar trabajando con esta gente que ya era pobre. Tal vez nosotros, que nos salvamos, tengamos algo especial que hacer para que en el futuro muera menos gente”.