Al bebé le gusta cada vez más la hora del baño, sentir el agua tibia en su piel, chapotear con los pies y las manos en el agua y, sobre todo, la sensación de bienestar que la limpieza proporciona.
Aunque cada familia tiene una manera á r e Sode cuidar a sus hijos, es necesaria una rutina diaria, con horarios para el baño, para la alimentación, para el sueño y también para el juego. El bebé se pone nervioso e inseguro cuando se altera su rutina.
Antes de que aparezcan los primeros dientes, las encías se hinchan y duelen. Por eso, el bebé puede estar irritado e inquieto. Es necesario continuar limpiando la boca del bebé con un trapo limpio y humedecido, después de alimentarlo, en la mañana y en la noche.
El nacimiento de los dientes varía de un bebé a otro; hay bebés que nacen con dientes y otros cumplen un año sin tenerlos. En general, el primer diente sale aproximadamente a los seis meses.
Verifique si el servicio de salud ofrece atención de dentista para bebés. Si existe, incentive a los padres para que lleven al bebé a una consulta.
Él también da a los hombres la ciencia para que lo alaben por sus maravillas.
Eclesiástico 38, 6