El bebé necesita bañarse todos los días. En tierra caliente, se le puede bañar varias veces al día. En tierra fría, lo mejor es bañarlo en las horas más calientes del día, protegiendo al bebé de las corrientes de aire para que no se resfríe.
Para prevenir escaldaduras, alergias e infecciones en la piel, las ropitas y pañales del bebé deben estar bien lavados, enjuagados y, siempre que sea posible, colocados al sol para secar. Lo mejor es lavarlos por separado del resto de la ropa de la familia. Evite los pañales desechables: contaminan al bebé y al medio ambiente.
Un bebé siente más frío que una persona adulta. Por eso, hasta en tierra caliente, es bueno ponerle ropa ligera. En tierra fría, es importante mantener al bebé bien abrigado.
Si los pies, las manos y los labios del bebé se ponen morados después de ser alimentado, aunque esté abrigado, puede tener algún problema en el corazón. Llévelo al servicio de salud lo más pronto posible para que puedan examinarlo.