La anemia es una enfermedad común durante el embarazo causada por una alimentación inadecuada y pobre en hierro o ácido fólico.
En la embarazada disminuye la capacidad de aprovechar el oxígeno del aire que respira. Por eso, los principales síntomas son cansancio, falta de ganas para hacer las tareas y poco
apetito.
Los bebés corren el riesgo de nacer con bajo peso y de morir en los primeros días de vida.
Para evitar la anemia, la embarazada necesita alimentos saludables y ricos en hierro. (Consulte la página 31).
Una embarazada con la piel pálida, debilidad, desánimo y dificultad para subir de peso puede tener anemia. Es importante que ella cuente lo que está sintiendo al médico o al personal del servicio de salud.
La Organización Mundial de la Salud recomienda que todas las embarazadas reciban suplemento de hierro y ácido fólico durante todo el embarazo, aunque no estén anémicas.
Verifique en el Cuaderno de orientaciones si hay algún programa de suplemento de
hierro y ácido fólico en el servicio de salud y cómo puede recibirlo la embarazada.