EL ANIMADOR DE JUEGOS

Procurando pensar sobre el trabajo del animador de juegos en la Pastoral da Criança, como es el principal promotor y defensor del derecho del niño a jugar, vamos a presentar aquí algunas ideas sobre el papel y las actitudes del animador de juegos, que nos gustaría compartir con ustedes: 

  • El animador de juegos tiene un papel importante en la defensa del juego de los niños. Puede ayudar a los líderes a conversar con los padres y familiares y con personas del lugar donde viven, para que puedan encontrar soluciones con el fin de crear más espacios y oportunidades, en casa y en la comunidad, para que los niños jueguen libremente.

  • La actitud básica del animador de juegos con relación al juego de los niños es la de organizar el local de los juegos y estar siempre atento y disponible. Ser atento significa proteger a los niños, para que no se hagan daño, para que no se excluya a ningún niño (lo que exige mucho tacto a la hora de resolver la situación), para que no se sobrepasen los límites de lo que es permitido hacer. Ser disponible es esperar la invitación del niño a participar en el juego y responder, cuando es convidado. Si el adulto orienta o dirige el juego, ya no tenemos el juego libre del niño. La experiencia y la sensibilidad de cada animador de juegos irán indicando la mejor manera de actuar en relación a los juegos de los niños.

  • La acogida a los niños y sus familiares debe ser alegre y cariñosa, con los Rincones de Juego organizados para demostrarles que ellos son importantes y queridos. • El animador de juegos también puede proponer a los niños juegos y actividades, pero debe respetar siempre la decisión que ellos tomen. Cuando quiera proponer un juego o una actividad, puede empezar invitando a las madres y padres a jugar, y así ver si los niños se interesan y tienen ganas de participar.

  • Aunque los niños de distintas edades juegan con las mismas cosas lo hacen de diferente manera. No existen juegos y actividades adecuados para cada edad, sino aspectos de cada etapa de edad que indican si un juego o actividad es más interesante para determinada edad o no. Por ejemplo, los niños más pequeños tienen más dificultad en participar en juegos como la rayuela y obedecer a sus reglas, pero si desean participar, el animador de juegos puede dibujarles otra rayuela, para que jueguen como quieran. Así los más pequeños no molestarán a los mayores y además se sentirán importantes por imitarlos. 

  • En los juegos en los que hay niños que ganan y niños que pierden, el animador de juegos no debe poner el acento en la competencia entre los niños, sino en la participación de los que quieren jugar, para que vayan aprendiendo a ganar o perder. 

  • Cuando un niño elige no participar en el juego, aun después que el animador de juegos procura saber lo que quiere hacer, el niño puede estar participando de otra manera: mirando para ver cómo juegan los demás, hablando con los demás sobre el juego. Hay que respetar su voluntad en ese momento. • Cuando está explicando un juego por el que los niños han demostrado especial interés, conviene que lo haga de manera clara y tranquila, enseñando las reglas, facilitando la comprensión a los niños para jugar así o incluso dejando la posibilidad de que propongan cambiar las reglas del juego.

  • Aunque los niños de distintas edades juegan con las mismas cosas lo hacen de diferente manera. No existen juegos y actividades adecuados para cada edad, sino aspectos de cada etapa de edad que indican si un juego o actividad es más interesante para determinada edad o no. Por ejemplo, los niños más pequeños tienen más dificultad en participar en juegos como la rayuela y obedecer a sus reglas, pero si desean participar, el animador de juegos puede dibujarles otra rayuela, para que jueguen como quieran. Así los más pequeños no molestarán a los mayores y además se sentirán importantes por imitarlos. 

  • En los juegos en los que hay niños que ganan y niños que pierden, el animador de juegos no debe poner el acento en la competencia entre los niños, sino en la participación de los que quieren jugar, para que vayan aprendiendo a ganar o perder.

  • Cuando un niño elige no participar en el juego, aun después que el animador de juegos procura saber lo que quiere hacer, el niño puede estar participando de otra manera: mirando para ver cómo juegan los demás, hablando con los demás sobre el juego. Hay que respetar su voluntad en ese momento.

  • Cuando está explicando un juego por el que los niños han demostrado especial interés, conviene que lo haga de manera clara y tranquila, enseñando las reglas, facilitando la comprensión a los niños para jugar así o incluso dejando la posibilidad de que propongan cambiar las reglas del juego.

Las principales actitudes del animador de juegos en los momentos de juego de los niños son, por lo tanto, organizar el ambiente y estar atento y disponible.

Sin embargo, cada animador de juegos va a actuar a su manera, según su modo de ser, su creatividad y las posibilidades de su comunidad. Lo importante es tener siempre presente que su papel es el de promover y defender el juego libre de los niños, intentando crear espacios y momentos en la comunidad para que el juego tenga lugar. Así, el animador de juegos estará demostrando su amor, su respeto y su compromiso con el trabajo que se ha propuesto realizar junto a los niños y sus familias.

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