La paz empieza en casa

Jesús estaba al lado de los pequeños, de los excluidos y siempre los defendía. Estaba en contra de aquellos que escandalizaban a los niños. Acogía y bendecía a los niños, los abrazaba y pedía: Dejen que los niños se acerquen a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos. (Marcos 10, 14).

Jesús también pedía a sus discípulos que se hicieran como niños para entrar en el reino de los cielos. Veía a los niños como ejemplo para los adultos. Quien reciba a uno de estos niños en mi nombre, a mí me recibe. Quien me recibe a mí, no es a mí a quién recibe, sino al que me envió. (Marcos 9,37).

Jesús reconocía que los pequeños entendían del Reino más que los doctores, porque están abiertos a acoger al otro y a aprender siempre más.

Cuando se le trata con amor y respeto, el niño ve buenos ejemplos en casa y en  comunidad, desarrolla actitudes y valores para la convivencia verdadera con las otras personas, como la solidaridad, la amabilidad, el respeto y la responsabilidad.


Para ayudar a las familias a educar a sus hijos para la paz, además de este Manual, los animadores y
animadoras de la Pastoral de la Niñez cuentan con un material llamado “10 Mandamientos para lograr la paz en la familia”. Este material está impreso en la parte de atrás de la portada
de este Manual y trae reflexiones importantes sobre cómo pueden actuar los padres y familiares para crear un ambiente de amor y de paz a su alrededor. También hay afiches y una hoja para entregar y leer con cada familia acompañada.

Padres, no irriten a sus hijos; edúquenlos, más bien,en la disciplina e instrúyanlos en el amor de Dios.
Efesios 6,4

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