Lactancia materna y alimentación complementaria

Ya sabemos que hasta los seis meses, la leche materna es todo lo que el bebé necesita para estar bien alimentado. Después de esa edad, la leche materna sigue siendo su alimento principal, pero debe combinarse con otros alimentos. Poco a poco, el bebé aprende a comer otras formas de preparación: suaves, firmes, líquidas o espesas. Esto contribuye a su desarrollo.

Dar al bebé nuevos alimentos exige atención, cuidado y paciencia por parte de la madre o de quien lo cuida. Al principio, necesita comidas más espesas y suaves, pues todavía no sabe masticar.

La cantidad debe ir aumentando poco a poco. Es importante comprobar la aceptación por parte del bebé, sin prisa, hasta que esté satisfecho.

Es posible que el bebé rechace alimentos nuevos, pero hay que dárselos, sin forzarlo. No significa que no le gusten, sino que encuentra extraño un sabor que no conoce. En otro momento, podrá aceptar el mismo alimento que antes rechazó.

Los primeros alimentos deben ser verduras y frutas, en papilla o puré.

Las verduras y frutas son una importante fuente de vitaminas y minerales. Se pueden dar con cucharita, machacadas o ralladas. Las primeras verduras pueden ser zanahoria y güicoy tierno cocidos. Dar preferencia a las frutas de la localidad y de temporada, que son más frescas y más baratas. Puede empezar con frutas como manzana, pera o papaya. La fruta en trozos es mejor que los jugos.

Hay que lavar y secar bien las frutas y verduras antes de dárselas o preparárselas al bebé.

Los alimentos nuevos, frutas o verduras, se deben introducir poco a poco, uno cada vez, en pequeñas cantidades de una o dos cucharaditas al día y aumentar cada día un poquito, observando cómo los acepta el bebé.

Para que estén suaves, los alimentos de la papilla deben estar bien cocidos. Se debe usar poca agua para que los alimentos no pierdan las vitaminas y otros nutrientes, como hierro y calcio.

A la hora de alimentar al bebé, la madre debe machacar bien los alimentos con un tenedor, cada uno por separado, para que el niño pueda conocer el sabor de cada alimento. Así, la comida queda espesa, sólida y colorida, estimulando la masticación y los sentidos del bebé. Nunca usar la licuadora o batidora para triturar los alimentos.

Para suavizar más la papilla o puré y acostumbrar al bebé, en las primeras semanas la mamá o la persona que cuide del bebé puede usar un poco de leche materna.

No es aconsejable darle preparaciones muy líquidas o llenar el estómago del bebé con jugos, gaseosas, caldos o sopas, ya que aportan menos nutrientes que las preparaciones de alimentos más espesos. Recuerde que tampoco necesita utilizar azúcar o sal.

Comience a darle papilla a la hora del almuerzo. Solo se dará papilla a la hora de la cena cuando el bebé esté aceptando bien la del almuerzo. Las frutas se pueden dar como refacción, por la mañana y por la tarde.

Pasos para lograr una buena alimentación complementaria


Primero debe darse la leche materna, porque sigue siendo su comida principal. Luego deberá brindar la papilla o puré como complemento.

La leche materna se debe mantener hasta, por lo menos, los dos años.


Otros alimentos importantes para el bebé

La yema de huevo es una fuente de proteína y vitaminas A y D. Se puede dar cocida a partir de los 7 meses, comenzando con una cuarta parte, hasta que el bebé se coma la yema entera. Si no hay señal de intolerancia, como diarrea, vómitos o alergia en la piel, se pueden dar hasta dos yemas por semana, bien machacadas y siempre mezcladas con otro alimento (puré, papilla).

Los frijoles de cualquier color, una vez cocidos y condimentados suavemente (sin sal, cebolla, ajo, aceite), se machacan con un tenedor. Se pueden mezclar con tortilla de maíz hecha con cal o tamalito, arroz, papa o camote.

El hígado (de res, de gallina o de pollo) debe darse a partir de los nueve meses. Es una fuente rica de hierro y vitamina A. Debe estar bien fresco, sin olor y con un color vivo. El hígado de pollo se debe cocer y añadir a las papillas de dos a tres veces por semana. El hígado de res ya se puede dar cocido, con puré, papilla, etc. También se le puede dar carne de res desecha o carne molida. Es
necesario probar qué formas de preparación acepta mejor el bebé.

Variando el tipo y la consistenciade los alimentos

A partir de los 7 meses, las mezclas nutritivas son una combinación de alimentos que proveen de energía y nutrientes necesarios para el adecuado crecimiento y desarrollo del niño.

Las mezclas nutritivas se pueden hacer combinando un alimento de cada uno de los grupos siguientes:

Para la preparación de las mezclas nutritivas tome en cuenta la consistencia de los alimentos de acuerdo a la edad del niño.

  • A los 6 meses, deben tomar los alimentos solos, sin mezclar.

  • Para niños de 7 a 8 meses, deben mezclarse y machacarse en forma de puré o papilla.

  • De 9 a 11 meses deben ser picados o cortados en trocitos pequeños.

  • A partir de los 12 meses, picados o en trocitos más grandes.

Al cumplir los doce meses, el bebé ya estará comiendo la misma comida que la familia, pues está probando los nuevos alimentos desde el sexto mes. Un plato bien variado, de colores, además de llamar la atención del bebé, le permite conocer los sabores de todos los alimentos y le proporciona diversas vitaminas y nutrientes que necesita.

Con relación a las nueces como macadamia, almendra o nuez de ramón y semillas como pepitoria, semillas de girasol o semilla de marañón, pueden introducirse a la alimentación del bebé hasta el primer año de edad; antes pueden provocar algún tipo de alergia. Al inicio deben darse bien machacadas o molidas para que el niño pueda digerirlas y combinarlas con frutas frescas, verduras, o para acompañar salsas o recados.

Las frutas ricas en vitamina C, como la naranja, papaya, mandarina, limón, guayaba y mango, junto con las comidas, ayudan al organismo del bebé a aprovechar mejor el hierro de los alimentos, previniendo la anemia.
 

Una buena plática con la madre sobre la variedad de alimentos de la comunidad le puede ayudar a escoger una alimentación más saludable. Es importante tener cuidado para que la hora de las comidas no se transforme en un tiempo de chantaje y angustia. No hay que forzar ni golpear al bebé para que coma.

Solamente una alimentación variada asegura todo lo que el bebé necesita y favorece la formación de buenos hábitos alimenticios.

Es importante que el bebé coma la cantidad que desea, que pueda tocar el alimento con las manos limpias, y que intente usar la cuchara y el vaso si lo desea. En la etapa en que está, le gusta tocar y agarrar todo, y esto le va ayudando a aceptar mejor los nuevos alimentos.

Algunos alimentos como clara de huevo, miel, manías y leche de vaca pueden provocar alguna reacción alérgica en el niño, por lo tanto se recomienda introducir estos alimentos después de los 12 meses, especialmente si hay antecedentes familiares de alergias.

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