Muestre a la mamá cómo conseguir que el bebé se agarre bien al pecho, para que mame bien y no le lastime el seno:
- El bebé debe estar despierto.
- Su boca debe estar bien abierta, abarcar todo el pezón y gran parte de la areola, que es la parte oscura alrededor del pezón.
- El labio inferior del bebé debe estar volteado hacia fuera y su quijada, tocando el pecho.
El bebé acostumbra a succionar (jalar con cierto esfuerzo), hacer una pausa y succionar nuevamente. La madre puede oír al bebé tragando la leche. Si observa las mejillas (cachetes) y no se escuchan sonidos de chupeteo es porque el bebé está mamando correctamente.
Incluso cuando el bebé se agarre bien al pecho, la madre puede sentir unos jalones al inicio de la mamada: esto se da por las hormonas que ayudan a sacar la leche del pecho hacia la boquita del bebé.
No hay un tiempo fijo para mamar. Algunos bebés “devoran” la leche rápidamente, otros la beben despacio. Los bebés recién nacidos deben mamar como mínimo unos 10 o 15 minutos. Este es el tiempo necesario para que el bebé reciba todos los nutrientes de la leche.
En general, los bebés no consiguen vaciar los dos pechos. Es importante dejar que vacíe bien una mama, antes de cambiar de seno. Si no quiere mamar, significa que ya está satisfecho.
Cuando la mamá vaya a retirar al bebé del pecho, debe colocar el dedo meñique en la esquina de la boca del bebé. Así, el bebé soltará el pecho sin lastimarlo.
Después de mamar, hay que colocar al bebé paradito, entre los brazos, con la espalda y la cabecita bien apoyadas. Si el bebé ha tragado aire va a eructar. No es necesario dar palmadas en la espalda del bebé ni sacudirlo.
Para mantener el seno limpio, es suficiente con que la madre se bañe todos los días y se cambie el sostén o brasier siempre que esté húmedo.
Para proteger sus senos, al terminar la mamada, la mamá debe sacar una o dos gotas de leche, untarlas alrededor de la areola y del pezón y dejar que se sequen bien antes de ponerse la ropa. La grasa de la leche forma una capa protectora contra las bacterias y lubrica la piel, protegiendo el pezón de las grietas.
El bebé no tiene hora fija para mamar. La mamá debe ofrecerle el pecho siempre que lo pida. De este
modo, el bebé crece y aumenta de peso más rápido.
El bebé debe alimentarse solo de leche materna hasta los seis meses. No necesita tomar té, jugo, agua, ni leche de bote. La leche de la madre calma la sed del bebé, incluso en lugares calurosos y secos.
El bebé que solo se alimenta de leche materna tiene menos diarreas, neumonía, dolor de oído y alergias. ¡No existe leche materna rala!
Cuando la madre dice que tiene poca leche o dificultad para amamantar, es necesario comprobar lo que está sucediendo:
- ¿El bebé se agarra bien al pecho?
- ¿El bebé está tomando agua, té u otro tipo de leche además de la leche materna?
- ¿El bebé mama siempre que tiene ganas?
- ¿La madre está pasando por alguna dificultad?
- ¿El esposo anima y apoya a la mujer para que amamante?
- ¿Los demás familiares, amigos y vecinos están ayudando a la madre en este período de tiempo?
Las dificultades pueden aparecer, especialmente cuando se trata del primer hijo y la madre no tiene experiencia, o si ha tenido problemas para amamantar a sus otros hijos. Estas mujeres necesitarán más apoyo de la familia y de usted.
No existe leche materna rala. Cuando la madre está más cansada y molesta, puede ocurrir que disminuya un poco la producción de leche. Oriéntela para que tome más líquido, se alimente bien y descanse más.
Es bueno explicar a los padres que todos los bebés pierden un poco de peso durante los primeros días de vida. Después, mamando, su peso va a aumentar. Cuanta más leche mame el bebé, más leche produce la madre.
Cada bebé tiene su ritmo de alimento y de sueño. Los padres pueden saber si el bebé está mamando lo suficiente cuando orina y hace popó varias veces al día. Son normales las heces blandas,
de color amarillo, amarillo verdoso y en pequeñas cantidades. Esto no es diarrea.
El papá no puede dar el pecho, pero sí puede llevar el bebé para mamar, colocarlo para eructar, cambiar los pañales, hablarle y cantarle.
Es importante que esté más cerca de la madre al inicio del amamantamiento. Acompañe por lo menos dos mamadas para ver cómo el bebé se agarra al pecho y ayude a la madre a estar tranquila en esta etapa.
¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
Lucas 10,5
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