Durante la visita, pregunte a la familia si ya tiene el certificado de nacimiento. Si todavía no lo tiene, anime al papá o a otra persona de la familia a registrar pronto al bebé.
Pero para que el niño se transforme en un ciudadano, es necesario también que la familia, la comunidad donde vive y toda la sociedad garanticen sus derechos.
El artículo 7 de la Convención de los Derechos del Niño dice: “El niño será registrado inmediatamente después de su nacimiento y tendrá derecho, desde el momento en que nace, a un nombre, a una nacionalidad y, en la medida de lo posible, a conocer a sus padres y a ser cuidado por ellos.”
Oriente a la embarazada sobre la importancia del certificado de nacimiento y recuérdele que este registro se debe hacer lo más pronto posible, antes de los 60 días de nacido.
Cuando la mamá y el bebé llegan a la casa, la familia puede necesitar ayuda.
En los primeros siete días de vida del bebé, es bueno que visite a la familia más veces, principalmente si la pareja no tiene parientes cercanos. Evite tomar fotos con flash al bebé, para no dañar su visión.
Este periodo es el más delicado, pues pueden aparecer algunas enfermedades rápidamente que, con frecuencia, son graves. Además, la madre todavía no está recuperada totalmente del parto.
Observe si el bebé y la mamá están bien e identifique aquellas situaciones en las que usted puede ayudar.
Cuando el bebé es el primer hijo, los padres tal vez se muestren inseguros porque están aprendiendo a ser papá y mamá. La pareja que ya tiene otros hijos también necesita apoyo.
¡Su apoyo para animar a la madre a amamantar es valioso!
La mamá está más sensible y necesita estar a disposición del bebé todo el tiempo. Su humor y sus sentimientos varían: a veces está tranquila y, de repente, se pone nerviosa; siente alegría, siente tristeza. Se puede preocupar porque cree que no sabe cuidar a su bebé o se inquieta por los otros hijos, si los tiene.
Ella necesita la ayuda y la comprensión del esposo y de otras personas para que no se agote y pueda cuidar bien al bebé. Si estas personas ayudan en las tareas de la casa y a cuidar de los otros hijos, ella se cansará menos. Si ella tiene con quien platicar sobre lo que está sintiendo, se sentirá más tranquila y segura. Las mujeres sin compañero necesitan más el apoyo de otras personas.
En estos primeros días, la familia y el animador deben prestar atención a la relación entre la madre y el bebé. Al observar cómo lo cuida cuando le cambia los pañales, a la hora del baño, a la hora de darle de mamar, usted podrá saber cómo es la relación entre ellos.
Las mamás que cuidan al bebé con esmero y alegría, acariciándolo y sonriéndole, demuestran que la relación está iniciando bien.
En los primeros días después del parto, algunas madres se pueden poner muy tristes y sin ganas de cuidar al bebé durante algún tiempo.
Anímela con prudencia y cariño, para que cuide al bebé y le siga dando de mamar cuando el bebé quiera, ya que la lactancia ayuda a disminuir esta tristeza. Si la tristeza de la mamá no disminuye o empeora, es necesario que vaya al servicio de salud, para que el doctor la pueda evaluar y darle el tratamiento adecuado.
El papá del bebé también puede estar más sensible y nervioso porque se siente abandonado. Es que ahora la madre y el bebé son el centro de las atenciones. Y él también puede tener miedo de no saber cómo ayudar a cuidar al bebé.
Platique con el papá y demuéstrele que él es importante, anímelo para que ayude a cuidar al bebé. Él puede cambiarlo, bañarlo, arrullarlo, dormirlo, calmarle el llanto, etc.
Es bueno incentivar a la madre y al padre a hablar y tratar juntos sus dudas y preocupaciones.
El apoyo del animador, de la familia, de los amigos y de la comunidad fortalece la solidaridad y ayuda a los padres a crear un ambiente de seguridad, paz, amor y salud para el bebé.
No salga de sus bocas ninguna palabra ofensiva, sino solo palabras buenas que ayuden a crecer a quien lo necesite y agraden a quien las escucha.
Efesios 4,29
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