Diarrea y deshidratación

La diarrea es un popó blando, aguado y en número de veces mayor de lo habitual. Puede ir acompañada de vómitos.

Puede ser causada por microbios que contaminan el agua, alimentos, recipientes, las manos de las personas y los objetos usados para preparar los alimentos. Las moscas, las cucarachas, las ratas, entre otros animalitos, llevan los microbios de la basura al interior de la casa.

La diarrea se extiende más fácilmente en lugares donde el saneamiento básico es deficiente: falta de agua limpia, la basura se deposita en un lugar inadecuado o falta de pozo ciego y letrina o sanitario. En estas condiciones, cuando el bebé comienza a recibir otros alimentos, a llevarse objetos a la boca, a moverse en el suelo, tiene más probabilidades de tener diarrea.

La diarrea y los vómitos son la manera que utiliza nuestro cuerpo para echar fuera algo que hace mal, como venenos y alimentos en mal estado o contaminados. Por eso, no se deben dar medicamentos para cortar la diarrea.

Los medicamentos solamente se deben dar con receta médica. Los medicamentos para la diarrea, en general, se recetan solo cuando las heces (popó) del bebé tienen sangre o moco.

Cuando el bebé tiene diarrea, es normal que pierda el apetito. A pesar de todo, hay que continuar dándole la alimentación normal y mantener los condimentos y el aceite. La papilla de arroz es un buen alimento para los niños con diarrea.

Los vómitos o la diarrea hacen que el cuerpo del bebé pierda líquido y sales minerales, corriendo el riesgo de deshidratarse. Para prevenir la deshidratación es necesario reponer la cantidad de lo perdido. Esto se consigue dando más lactancia materna al día y suero casero o envasado, según lo indique el servicio de salud.

Los bebés que no se alimentan de leche materna tienen diarreas más graves y mueren más fácilmente por diarrea y neumonía. La familia necesita tener más cuidado con el bebé que no está mamando del pecho.

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